En la ruta visual el ojo es el órgano receptor, y debe estar sano, pero el cerebro es el encargado de procesar la información que le llega a través de los ojos, es decir, localizar los objetos, enfocar e identificar, dirigir los movimientos oculares, interpretar y comprender la información, memorizar y relacionarla con su base de datos, etc…
Existen problemas visuales que no producen pérdida de vista, es decir, que la persona puede alcanzar una agudeza visual del 100%, y algunos de ellos pueden pasar desapercibidos porque no producen síntomas o signos claramente asociados con el uso de los ojos. Este tipo de alteraciones no suelen ser detectadas en las revisiones rutinarias, y es necesario profundizar para conocer cómo se encuentran el resto de habilidades visuales, de eficacia, función, percepción y procesamiento de la información visual. Para ello, es importante que el optometrista adapte el protocolo de pruebas a las circunstancias específicas de cada paciente, y contar con el equipamiento necesario.
En general, el motivo por el que una persona acude a la consulta de nuestro centro de optometría está relacionado con:
- Signos/síntomas oculares: Estrabismo (los ojos no están correctamente alineados), enrojecimiento, lagrimeo, picor/escozor, pesadez sobre los parpados, visión de manchas o destellos, guiños o parpadeos excesivos, molestias intensas ante la luz, nistagmus, etc…
- Signos/síntomas visuales: Ambliopía (ojo vago), visión borrosa, dolor de cabeza, visión doble, fatiga, etc…
- Signos/síntomas generales: Mareos/desequilibrios, desorientación, problemas musculares relacionados con la postura, alteraciones secundarias a un traumatismo o daño cerebral, dificultades de concentración o rendimiento, etc…
- Dificultades de aprendizaje o bajo rendimiento escolar/académico: Rechazo frente a las tareas escolares, inversión de letras/números/palabras al leer o escribir, pérdidas de lugar durante la lectura, pobre caligrafía, velocidad o comprensión lectora inferior a lo esperado, cortos periodos de atención, etc…
- Chequeo rutinario sin síntomas: Prevención de problemas oculares o visuales, seguimiento de un problema refractivo (miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia), etc…