Si a tu hijo le duele la cabeza cuando sale del cole o te han llamado en alguna ocasión para que fueses a recogerlo a media mañana porque le duele la cabeza, te recomiendo leer este artículo hasta el final.
Aunque es muy común dar por hecho que un niño no tiene un problema visual cuando hemos comprobado que es capaz de identificar letras, dibujos u objetos muy pequeños a distancias alejadas, si sigues leyendo sabrás por qué es necesario profundizar en la evaluación visual.
El problema es que puede ser que tu hijo tenga una agudeza visual del 100% de lejos y sin embargo no contar con un sistema visual eficaz en las distancias que usa con más frecuencia, como por ejemplo cuando hace los deberes o cualquier otra tarea de lecto-escritura.
Si tu hijo no es consciente pero de alguna forma se estresa cuando debe realizar un esfuerzo de enfoque o para mantener los dos ojos bien coordinados, es probable que se queje de dolor de cabeza en la zona frontal, alrededor de los ojos, y justo después de estar leyendo o fijando la vista en alguna tarea a una distancia cercana.
Así me lo describen la mayoría de los niños cuando les pregunto:
P: “A ver, cuando te duele la cabeza ¿Dónde te duele?”
R: Me duele aquí (y se señalan la zona de la frente, el entrecejo o las sienes).
Y cuando les pregunto ¿Cuándo te pasa?, muchos niños no saben responderme, pero los padres toman la palabra y responden: “El otro día cuando lo recogí al salir del cole me lo dijo, y ayer cuando estaba en casa haciendo los deberes también me lo dijo”. Otros padres me dicen “Me han llamado del cole dos veces estas últimas semanas para que fuese a recogerlo porque le dolía la cabeza”.
Si seguimos preguntando es frecuente encontrar otros indicios o signos/síntomas visuales, como enrojecimiento, ojos cristalinos (o llorosos), excesivo cansancio, e incluso afectar a su rendimiento escolar, del mismo modo que si a un adulto le duele la cabeza no rendirá en su trabajo al nivel esperado o acostumbrado.
En ocasiones, el niño muestra una actitud de rechazo a la lectura, del mismo modo que un adulto evita realizar tareas en las que no suele triunfar o que le suponen un esfuerzo excesivo y nota que le pueden llegar a provocar dolor de cabeza.
Una evaluación optométrica de eficacia visual puede dar con la clave para que los dolores de cabeza de tu hijo (y los tuyos) desaparezcan.
El optometrista en estos casos realizará pruebas específicas para descartar o detectar disfunciones visuales que pueden causar estrés y dolor de cabeza, pero que pueden haber pasado desapercibidas en un control rutinario visual superado anteriormente.
A continuación, y a modo de resumen, destaco 3 grupos de alteraciones o disfunciones visuales que podrían estar asociados al dolor de cabeza descrito:
- Defectos refractivos sin corregir hasta ahora. En un gran número de casos los dolores de cabeza se alivian o resuelven cuando el niño empieza a usar gafas para corregir un pequeño grado de hipermetropía y/o astigmatismo que no se había detectado con anterioridad o que aunque se detectó en una revisión no se le había dado mayor importancia.
- Dificultades para enfocar y mantener la nitidez. Cuando un niño no cuenta con un sistema acomodativo eficaz puede notar que a veces las letras del libro se desenfocan. Y en la mayoría de los casos el niño no dice “veo borrosas las letras”, por lo que los padres o profesores no suelen sospechar que haya un problema visual.
- Alteraciones de la coordinación binocular. Hay niños que tienen que hacer un esfuerzo extra y gastar más energía que otros porque presentan dificultades para mantener los ojos en perfecta coordinación. La insuficiencia de convergencia, por su prevalencia entre la población infantil, es la más conocida y significativa de este grupo de alteraciones.
En muchos casos, como ya he dicho antes, el uso de unas gafas será suficiente, pero en otros casos el optometrista te podrá aconsejar, de forma complementaria o alternativa, un programa de terapia visual, con el objetivo de que tu hijo desarrolle, mejore y fortalezca sus habilidades visuales, y que pueda afrontar sus tareas cotidianas con menor grado de estrés.
También puede ser que el optometrista descarte todas estas alteraciones o no encuentre resultados en las pruebas que justifiquen los dolores de cabeza de tu hijo, y en tal caso, te indicará visitar al pediatra.
Espero haberte ayudado a conocer y entender la relación que puede existir entre el dolor de cabeza y las alteraciones visuales, pero si te queda alguna duda me lo dices e intentaré resolverla.